viernes, 11 de abril de 2014

Capítulo 10

Woolass!!! Ya es fin de semanita y toca publicar un nuevo capítulo de My Sweet Lover. He de comunicaros que después de este sólo quedarán 6 capítulos y un epílogo que me gustaría estuviesen publicados para el 2 de junio a más tardar, pues luego entro a exámenes y quizás tuviese que estar parado un par de semanas o 3 y con los últimos capítulos por lo que he decidido escribir 3 o 4 durante estas vacaciones y luego seguir al ritmo de un episodio por semana. Mi idea era escribir varios y dejarlos preparados para cada viernes poder subir uno. Pero si preferis que si esta semana escribo 4 suba esos 4 de golpe sólo tenéis que decirlo. Sin más dilación aquí os lo dejo.

Capítulo 10
Tenía 5 largas semanas para pasar en Princeton con mi madre, mi hermana, mi mejor amiga y mi novio y pasaron volando. La primera semana apenas salimos de casa, vale al revés. Mi madre me llevó de compras, pues creía que tenía que renovar todo mi fondo de armario antes de irme a Oxford. Estaré fuera 4 años enteros pero dentro de poco tendré que volver a comprar más ropa aunque mi madre parece no entenderlo. También fui con Samantha y con Samuel a la librería a por nuevos libros para poder leer allí. Ya sé que podría comprarlos allí pero sentía que tenía que despedirme de la Señora Hopkins. He sido su mejor cliente, si no el único, durante años. No quería ninguno en particular así que me llevé los dos que más me llamaron la atención tanto por sus títulos, como la sinopsis y las portadas. Hubo una tarde en la que fuimos a comer un helado, y cuando digo fuimos me refiero a que Samuel me llevó a comer un helado a “Freeze and Frozen” la única heladería en 30km a la redonda.
-      
Míralos.
-       ¿A quién? – me giré en la silla para saber qué era eso tan interesante que tenía que mirar. Vi a 5 chicos vestidos con la misma camiseta roja y con distintos números blancos en su espalda. Eran los tíos del equipo, los que pegaron a Samuel -. Pasa de ellos Sam.
-       Parece que han encontrado a su nuevo quarterback.
-       ¿A quién? – me fijo mejor en los cinco chicos y veo quién es el que lidera el grupo -. Un momento conozco a ese chico.
-       ¿Sí?
-       Es Daniel Cross. ¿Te acuerdas de lo que te contamos del cumpleaños de Sammy?
-       Sí. ¿Fue ese el chico?
-       Sí – vi como Samuel hacia amago de levantarse y lo agarré de la mano.
-       No merece la pena.

Los cinco le dedicaron una mirada un tanto extraña a Samuel pero lo agarré de la mano. Acaricié su cara con mi mano derecha y lo besé mientras los chicos del equipo nos miraban. Como le había dicho a Samuel no merecía la pena. Pero intenté provocarlos y ¿porqué no admitirlo? Me lo pasé muy bien. 

Ver cómo odiaban nuestro pavoneo me ponía cachondo. Nos levantamos de la mesa, me acerqué a pagar y nos fuimos. Después de eso fuimos a casa de Samuel. Tenía que aprovechar estos momentos de soledad e intimidad con Samuel.

Teníamos la suerte de que su madre (por desgracia para ella) iba de aquí para allá incluso en verano. Por lo que teníamos vía libre para hacer lo que quisiésemos. El cuarto de Samuel es mucho más luminoso ahora en verano. Compartimos nuestro momento de intimidad una vez más. Y cuando acabamos nos quedamos abrazados durante un tiempo. De hecho me quedé dormido en su hombro.

Me desperté y lo miré a los ojos. Él me sonreía. Debí parecerle adorable durmiendo. Yo me sentía un tanto estúpido. Me apartó un mechón de pelo de mi cabeza y me besó.

La segunda semana conseguí convencer a Bryan, mi compañero de cuarto durante el programa especial en Oxford para que viniese a pasar unos días. Le enseñé los lugares más llamativos de todo Princeton. Incluso le enseñé la universidad de Princeton, pues Samuel había conseguido que nos dejaran enseñárselo como algo especial.

Hablando de todo, parece que le cayó muy bien Samuel. Hacían buenas migas. Después de un tiempo Sam volvía a tener alguien con quién hablar sobre fútbol y otros deportes. Yo para eso era un negado y a Bryan y Sam les encanta. Me gustaba ver a mi novio y único de los pocos chicos que considero amigo mío hablando y riendo juntos.

Parecía que los chicos del equipo de fútbol habían empezado a entrenar para la nueva temporada y lo que era peor, parece que nos estuviesen siguiendo haya dónde fuéramos.
-       
¿Sois amigos? – dijo Bryan.
-       No – dijimos Sam y yo a la vez.
-       Es decir, yo fui el Quarterback del equipo hasta hace no mucho. Ahora me odian.
-       ¿Y quién es el nuevo quarterback? – preguntó Samantha que apareció de repente.
-       No te lo vas a creer pero es Daniel Cross.
-       ¿Acaso va a la universidad? Bendito cabrón.
-       Ha conseguido una beca de deportes, es lo único que se le da bien.
-       ¿Y por qué te odian ahora?
-       Hace poco me dieron una paliza. Porque se enteraron que estaba saliendo con otro chico.
-       Esos tipos no merecen nada. Estamos en el s.XXI. ¿Qué más dará si a un chico le gusta otro? Quiero decir, el amor es amor. No importa el sexo al que pertenezcan los componentes.

Bryan la armó pero bien. La semana pasada yo los había provocado, pero Bryan fue mucho más lejos. Se acercó a hablar con ellos, si podemos llamarlo así.
-      
Eh vosotros – dijo con su buen acento inglés.
-       Mirad una nueva mariposa se une al grupito.
-       ¿Qué tipo de problemas tenéis? ¿Os importa mucho que vuestro quarterback sea homosexual? ¿Vais a perder a vuestro mejor jugador por eso?
-       Bryan no merece la pena.
-       No merece la pena – Daniel me imitó con aires de superioridad. No pude aguantarlo y le pegué un puñetazo en el ojo.
-       Esto es por Samantha. Sammy – me giré para mirarla – vete. Corre.

Ví como Sammy se apartaba y me quedé mirando hasta que sentí un golpe en mi cabeza. Me cuesta recordar lo que ocurrió después de eso. Sólo sé que hubo puñetazos. Recuerdo a alguien quejarse de dolor por algo. Poco después cerré mis oj0s.

Me desperté unas horas después en el hospital. Cuando abrí los ojos el reflejo de la luz y el blanco de las paredes me hacían daño.  Sentada a mi lado en un sofá estaban mi madre y mi hermana.
-       
Alexei Michael River ¿en qué estabas pensando?
-       Lo siento mamá. Teníamos que hacerlo. Llevan mucho tiempo detrás de nosotros. ¿Dónde están Samuel y Bryan? ¿Están bien?
-       Tu amigo Bryan está en casa de Samantha. No estaba lejos cuando ocurrió todo y Bryan es el único que no se desmayó ni salió huyendo. Según dice Samantha, la mitad de ellos salieron corriendo cuando empezó la pelea. Uno de ellos se rompió la muñeca.
-       ¿Y Samuel?
-       Su madre está con él. Le dije que se quedase en casa que ya le llamarías al despertar. El golpe que te dieron causó un traumatismo craneoencefálico. Por eso te desmayaste.

Mi madre me estuvo cuidando y mimando durante horas. Valerie me leyó incluso un cuento que había escrito en el que yo era el protagonista. Para ser sinceros se parecía mucho a “Un puente hacia Terabithia” pero no quería desanimarla. A lo mejor era la segunda escritora de la familia. Por supuesto yo sería el primero. Bryan, Samuel y Samantha vinieron más tarde a verme. Samuel insistió en pasar la noche aunque le dije que no hacía falta.

No quería hacerle pasar una mala noche pero como insistió tanto al final accedí a que se quedase. Pasamos hablando muchas horas hasta que finalmente me quedé dormido agarrado a la mano de Samuel.
Más tarde por Samantha de que se había liado con Bryan. Todo ocurrió en su casa mientras le curaba las heridas. También me enteré de que fue Daniel el que se partió la muñeca. Lo merecía, la verdad. Por todo lo que ha hecho.

Al día siguiente nos despedimos de Bryan que volvía a su casa hasta el final de las vacaciones.

tiempo corría cada vez más. Pasaban los días uno a uno y empezaba a perder el tiempo que podría pasar al lado de mis amigos antes de irme a la Universidad.

Mi madre empezaba a agobiarme con la preparación del equipaje y todo lo que necesitaría. Ya no soy un crío pequeño, pero supongo que para una madre sus hijos siempre serán como niños desprotegidos a los que cuidar. Tendré un piso cerquita de la universidad. Todos los días asistiré a clase, excepto los fines de semana, por supuesto, escribiré todo lo que pueda y haré skype con Samuel. Me pregunto si algún día haremos cibersexo. Siempre me ha dado mucho morbo eso.
 Tenía que aferrarme a ese sentimiento mientras durase, pues el verano empezaba a agotarse. Y aún tenía millones de cosas por hacer.
                                    **********************

Ya había pasado el verano. En menos de 48 horas saldría mi avión. Samantha y Samuel pensaron que sería una buena idea prepararme una fiesta de despedida. Pobres ilusos. No se dieron cuenta de que apenas tengo amigos hasta que nos vimos los tres solos en el local del tío Peter.
-     
  No pasa nada chicos. Soy feliz por estar con vosotros.
-       Bueno, viendo que no va a venir nadie tengo una idea mejor – conocía esa mirada de Samantha. No podía ser verdad.
-       Sammy ¿enserio?
-       Sí.
-       Pero habéis pasado horas decorando el local para…
-       Vamos – Samuel y Sammy me agarron de los brazos y me sacaron a la fuerza.
-       Chicos enserio…

Unos quince minutos más tarde nos encontrábamos en “Sing it out”. La otra vez me pilló de sorpresa pero esta vez sabía lo que pasaría. Yo me sentaría en una mesa cerca de unas entrañables ancianitas mientras Samuel se preparaba para tocar el piano del local del karaoke y dedicarme una bonita canción para profesarme su amor antes de irse. Tengo uno de los mejores novios del mundo pero bastante predecible.

Como había dicho las luces iluminaban el piano y de detrás de él salía mi querido novio. Todos lo aplaudieron un montón. Debieron recordar su última actuación hace poco más de dos meses. La verdad es que Samuel tiene una buena voz. Podría ganarse la vida cantando ahora que no podía jugar en el equipo.

Esta vez empezó diferente pues antes de cantar no dijo nada. Miró las teclas del piano y empezó a tocarlas con la mayor delicadeza de la que podía llegar a hacer gala. Reconocí la melodía al instante. No podía creerlo. Samuel estaba tocando “River Flows in you” la canción compuesta como pieza de piano por Yiruma. Ni siquiera recuerdo haberle dicho que esa era mi canción favorita.

El Sing it out era un local de karaoke en el que te aplaudían en cuanto al nivel del ritmo de la canción. A nadie le importaba eso en aquel momento. Todos estaban boquiabiertos, no creo que tanto como yo. ¿Cómo lo habría descubierto? Ni siquiera Sammy sabe que por encima de Titanium y otras está esta canción. De repente un pensamiento afloró en mi cabeza. La semana pasada vino a mi casa a verme y como yo estaba encerrado en el cuarto no me di cuenta que había subido, así que cuando abrió la puerta apagué cuanto antes mi reproductor. No quería que se enterase de que me gusta este tipo de música. Pero o conocía la canción de antes, o se molestó en descubrir cuál era aquella canción que esa tarde de septiembre sonaba en mi reproductor.

De mis ojos caían lágrimas. Siempre lloraba al escuchar esa canción. Cuando tocó la última nota todos se quedaron en silencio y más tarde aplaudieron. La gente se ponía en pie para aclamar a Samuel  y su talento. Cogió el micrófono para hablar y todos guardaron silencio a la vez que se sentaban.
-       
Alexei Michael River. Quiero que sepas que te amo. Te amo con toda mi alma. Nunca en mi vida podré amar a nadie de la manera en la que te amo a ti. Vamos a pasar 1460 días sin apenas vernos, sólo en vacaciones. Y por eso quería tocar tu canción favorita.
«Pero esto no acaba aquí. Si sois tan amables – Sammy se acercó con otro micrófono y me hizo un gesto para que me acercase-. Me gustaría cantar una última canción contigo. Antes de que te vayas»

Quería negarme pero iba a ser en vano así que no me quedó más que acercarme al escenario. Agarré el micrófono mientras Sammy me sonreía. Tenía los ojos llorosos, se ve que no soy el único al que River Flows in You le hace llorar. Miré a los ojos verdes de Samuel y escuché las primeras notas de la canción. La reconocí al instante. Era Battlefield. La canción de Lea Michele. Samuel estaba tocando las primeras notas en el piano cuando me hizo un gesto para que empezase a cantar. De mis labios salieron las primeras palabras que componen la letra de la canción.

It's easy to fall in love 
But it's so hard to break somebody's heart 
What seemed like a good idea 
Has turned into a battlefield 

Cuando llegó el estribillo la voz de Samuel se unió a la mía. La verdad es que no canto tan mal como yo creía. Y nosotras voces juntas suenan armoniosas.

“We both know it's coming 
Does illusion count for something we had? 
The surface tension's gotta break 
One drop is all it takes to flood out this lie

La letra seguía aflorando de nuestras bocas. La melodía seguía saliendo del piano y mi cabeza no dejaba de reproducir imágenes con todas las cosas por las que habíamos pasado en esos meses. Tanto buenas como malas. Tenía claro que quería una vida al lado de Samuel. Tengo que asegurarme de contar todo esto en “My sweet lover” sin dejar ni un solo detalle.

Samuel se levantó para cantar el último estribillo a mi lado. Cuando terminamos, sellamos la actuación con un beso. Cada beso que Samuel y yo nos dábamos es como si nuestra relación se fortaleciese más y más. Agarrado a su mano, saludamos al público y dediqué a todos la mejor de mis sonrisas.
                                 *********************
Samantha también había venido hoy a despedirme al aeropuerto. Sería bastante tiempo sin vernos. Aunque prometí que hablaríamos todos los días por teléfono y/o skype.

Mi madre me recordó por enésima vez todo lo que tenía que hacer allí. Comprobó mil veces si lo llevaba todo y me dio uno de los mejores abrazos que nunca me había dado.

Valerie me regaló su cuento, escrito por ella misma, “El puente hacia Berathicia”. Si ya decía yo que se parecían mucho… Igual así podría acordarme de mi hermanita.

Samantha me envolvió con su melena pelirroja en un abrazo. No quería soltarme. Pero tenía que hacerlo. Me prometió que iría todas las semanas a Magic’s Room a ver a la Señora Hopkins.
Por último fue Samuel el que me abrazó. Sentir el calor de su cuerpo era algo que no volvería a hacer en mucho tiempo por eso quería disfrutarlo mientras pudiese. Pero tenía que irme. Me dio un largo beso. Mis ojos se perdieron en los suyos una última vez- Entonces me susurró cantando al oído “Promising to love you harder, harder, harder(Prometiendo quererte más y más).

Me alejé y volví a mirar para atrás. Me despedí con la mano de ellos.
Entonces recordé el último momento en el “Sing it loud”.

Cuando los dos acabamos de cantar y saludar. Me llevé el micrófono a la boca y dije:


“ Yo también te amo Samuel Everett Corshion”.

2 comentarios:

  1. SUBE LOS 4 DE UNA PORFA!!!! Ahora Battlefield se une a mi listas de canciones favoritas de Lea. Me alegro lo de Daniel espero que no pueda jugar mas, Lo de Sammy y Bryan <3. Pero Salexei es la perfección <3!!!
    Creo que soy una de las pocas que comenta.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí es que la gente se limita a comentarme por whatsapp o twitter, face...etc. El martes puede que tenga el 11 que voy por la mitad ^^ Aunque no sé si os va a gustar el próximo capítulo. Estoy deseando que lleguen del 12 al 16. El desenlace ^^ <3 Va a ser mucho amor!!!

      Eliminar