viernes, 31 de octubre de 2014

Reflexión 2: No lo sueñes.

Aquí está la segunda entrega de estas reflexiones. Espero que lo disfrutéis


No lo sueñes

A veces pienso que los sueños son lo que nos mueven. Nos hacen ser quienes nosotros somos. Nos motivan. En este largo camino que gustamos en llamar vida, todo son sueños, sueños que perseguimos a lo largo de ésta, con la intención de alcanzar nuestro destino, nuestra felicidad. Seguimos el camino sin descanso, hasta llegar al final del túnel. A nuestro paraíso soñado.
Bien es verdad que no podemos dejar envolver completamente por los sueños. Como J.K. Rowling escribió una vez “Is not good to dwell on dreams and forget to live”, esto es, “No conviene deleitarse en los sueños y olvidarse de vivir”. Si solo pensamos en lo que puede ser en un futuro y no nos centramos en lo que está siendo ahora perderemos nuestra vida. Está bien que tengamos sueños, obviamente, y esperar a que todos ellos se cumplan, aunque resulte una locura puede motivarnos con creces a seguir adelante. Pero nunca dejéis que no os permitan vivir. Y sí, no hay nada imposible. Pero algunos sueños, por más que queramos resultan inalcanzables a las posibilidades humanas. Diréis “aclárate chaval, te contradices a ti mismo”. Es una forma de verlo. Yo tengo la mía, y es bastante más distinta. Soy el primero que tiene una larga lista de sueños y me gustaría cumplir la gran mayoría de ellos antes de que esta aventura acabe para mí. Por aventura me estoy refiriendo a la vida, por si alguno no lo había acabado de captar.
Luchad por vuestros sueños, pero nunca, nunca os obcequéis tanto en una cosa que dejéis todo lo demás atrás.
Para seguir con mi reflexión he de dejaros por aquí alguna cita de un gran hombre, uno de los grandes, un sabio, su nombre: Walter Elias. Quizá si os digo este nombre os sonará a chino mandarino, o pensaréis hay mil un hombres llamados Walter en el mundo. ¿Qué tal si os digo cuál era su apellido? Disney. Walter Elias Disney. Más conocido por todo el mundo como “Walt Disney”. Este hombre, aparte de fundar junto a su hermano Roy, la compañía Walt Disney Productions, y ser un renombrado productor, director, guionista y animador estadounidense, era uno de los hombres más sabios que ha poblado este mundo y nos ha dejado frases tan célebres como:

“El valor de la fuerza de voluntad, abre caminos”.
Nada viene a nosotros porque sí. Todo tiene su razón de ser. Y lo que no va a llegar a nosotros sin que pongamos un poco de empeño en ello es el hecho de ver nuestros sueños cumplidos. Como el otro día escribí, no importa los muros que se nos pongan en frente, hay que derribarlos. No importa si no hay un camino. ¿No existe? Entonces, crea el tuyo propio y síguelo. Pero, lo más importante. Usa el corazón. Escúchalo siempre. Él te guiará. No hay fallo en las acciones del corazón, a pesar de que la mayoría de las personas crean lo contrario. Nada existe más hermoso, que los hechos llevados a cabo por el corazón. Sigue su camino y nunca te rindas. Aprovechando que la cita es de Walt Disney utilizaré otra cita que me encanta de una de las películas de dicha compañía. El ya conocido clásico Hércules, hay una escena en que Zeus le dice a su hijo Hércules “A un héroe verdadero no se le mide por la magnitud de su fuerza, sino por la fuerza de su corazón”. Nunca cejéis en el empeño hasta conseguirlo, pues será entonces, cuando, conseguida o no la meta, os habréis convertido en verdaderos héroes.
En infinidad de ocasiones es mucho más fácil dejarlo de lado, darse por vencido demasiado pronto porque “no somos capaces”. Solamente ponle ganas y conseguirás alcanzarlo.

“Piensa, sueña, cree y atrévete”.
Siempre, siempre, sin lugar a dudas hay que hacer gala de ese don que solo el ser humano tiene capacidad de llevar a cabo, aunque a veces creo que deberían darme esto por escrito porque… El pensamiento. No podemos actuar, no podemos hablar sin pensar antes en las futuras, o quizá inmediatas consecuencias que eso va a tener. Y sí, es una pena pero una gran cantidad de personas no suelen hacer uso de esta facultad que poseemos. Una verdadera lástima. Igual, son felices en su mundo de “lo que he dicho es lo mejor” “lo que hago es lo mejor, y el que diga lo contrario me puede comer los *****”. Esa forma de pensar, si se puede realmente denominar así me da mucha, mucha pena. Sueña. Siempre. Los sueños nos motivan. Son nuestra razón de ser. Lo que nos ayuda a seguir adelante. Otras dos películas pueden ayudarme aquí. Una de las secuencias iniciales de la película de animación Cenicienta muestra a esta joven en su cama, cantando una preciosa canción a la par que sus amigos los ratoncitos, pájaros y demás criaturas del bosque le ayudaban en sus labores. Esta canción dice en su versión original en inglés “A dream is a wish your heart makes” que traducido sería algo así como “Un sueño es un deseo creado por el corazón” y en la versión doblada al castellano y ya remasterizada dice “Soñar es viajar a un mundo, al que anhelas ir. En él todos tus deseos, sin duda se pueden cumplir”. Quizá sea mejor la traducción de la versión original. ¿Recordáis lo que os he dicho hace un rato sobre el corazón?  ¿Y la traducción de la letra original? Un sueño es un deseo creado por el corazón. ¿Hay algo más bonito que lo que hace el corazón? Otra de las frases que la joven dice en esta secuencia es “Hay algo que nadie me puede prohibir. Que deje de soñar”. Una verdad universal.
Cree. Nunca podremos alcanzar algo en lo que no creemos. No quiero caer en tópicos pero ¿no es verdad que al creer en algo, eso lo hace más real? Sería un poco como las energías positivas del universo de las que se habla en The Secret escrito por Rhonda Byrne que dice que cuanto más deseamos algo, cuanta más fuerza empleamos para atraer una cosa, esa se aparece ante nosotros con mayor facilidad. Para esto, me rememoraré a mi más tierna infancia, y la que era una de mis películas favoritas por aquel entonces Peter Pan, se necesitaba fe, confianza y polvo de hadas para poder alzar el vuelo. Pero claramente la más importante de todas es la confianza. El valor. Si no te crees capaz entonces fallarás en tu intento. Una vez que la confianza se ha hecho fuerte, atreverse es un simple juego de niños.

“Pregúntate si lo que estás haciendo hoy, te llevará a donde quieras llegar mañana”. “Una persona debe fijar sus objetivos cuanto antes y dedicar toda su energía y su talento en ellos”.
Por supuesto, esto nunca puede faltar. Si estás haciendo algo con tu vida que no te servirá de nada para el mañana. Levanta tus manos, deja lo que estás haciendo y empieza a actuar. Pero actuar de verdad. ¿De qué sirve estar empleando vuestro tiempo en algo que no os va a dar ninguna satisfacción? No con esto quiero ser un incentivo para que algunos niños dejen sus estudios, quiero decir, ¿quién no ha pensado más de una vez “esta asignatura no me va a servir para nada en lo que estoy haciendo”? No tengáis esta forma de pensar. Siempre hay cabida para el conocimiento. Saber, aprender toda una variedad de cosas de diversos temas es algo extremadamente enriquecedor. No así, cuando ya eres un adulto joven, que nos llaman, ahora y sientes que la carrera que has elegido no es lo que realmente quieres para ti. Ni se os ocurra, jamás de los jamases, elegir un grado porque alguien os lo diga. Y nunca dejéis que nadie os pise. ¿Queréis ser cantantes, actores, escritores…? Lo que sea…Que nadie os diga que no lo lograréis y cuando no hagáis más que escuchar la frase “¿Quieres ser cantante? Ja. Las posibilidades son de una entre un millón”. No os amedrentréis.  Usad todo el valor que haya en vuestras carnes y en vez de rendiros decir: “Puede que las posibilidades sean de una entre un millón, pero ¿sabéis qué? Yo voy a ser esa una”.
Nadie dijo que el camino fuese fácil y, obviamente, no lo vas a conseguir a la primera. Pero lucha con todo lo que tengas. Llega hasta el límite de tus capacidades. J.K. Rowling le mandó el primer borrador de Harry Potter a más de cuatro y más de cinco editoriales antes de que una de ellas, el sello Bloomsbury decidiese publicárselo por fin. De hecho, su por aquel entonces agente Christopher Little, con el que tengo el honor de compartir mi nombre, le dijo a la que por entonces aún era Joanne Rowling “los libros para niños no dan dinero”. ¿Sabéis que contestó ella? “Yo no quiero ganar dinero. Yo quiero ser escritora”. Deberíamos tomar esto como una gran referencia, además de que es irónico ¿no? Le dijeron que los libros infantiles no dan dinero; diez años después se convertiría en la primera autora de libros billonaria. Si os interesa más el tema Rowling os recomiendo la película J.K.Rowling: Magic Beyond Words basado en la biografía de la autora.
¿No os convence este ejemplo? Taylor Swift. Este nombre ahora es mundialmente conocido. Su último disco 1989 ha salido al mercado hace menos de una semana y ya lidera todas las listas de los más vendidos. Cuenta en su poder con 8 Grammys y 15 premios Billboard Music Awards.  Muchos pensaréis, es fácil siendo rubia, teniendo ese cuerpo y esa preciosa voz. Lo que quizá muchos no saben es que durante tres o cuatro años la jovencita Taylor Swift cuyo nombre era totalmente desconocido se pateó las calles de mil y un países, fue discográfica tras discográfica mostrando sus trabajos, hasta que por fin una le dio el positivo. Quería ser cantante a toda costa. Y lo ha conseguido, con creces además. Si se hubiese rendido ante la negativa de las tres primeras discográficas, posiblemente no haría más que cantar en los karaokes de su ciudad, pero se ha convertido en una estrella.
El esfuerzo lo puede todo.

 “Si puedes soñarlo, puedes hacerlo”.
Sobran las palabras. Al menos así lo creo yo. Tengo una historia muy curiosa con esta frase. Hace tiempo quería darle un nuevo aspecto a mi perfil de instagram y pensé una frase que me definiese, por como soy, mi manera de actuar y pensar. ¿Sabéis que frase apareció en mi cabeza? Si puedes soñarlo, puedes lograrlo. Posiblemente ya la hubiese leído con anterioridad y por eso me salió tan fácilmente, pero en principio pensé que la frase era mía y me sentí bastante orgulloso de mí mismo. En este momento, y volviendo a hacer referencia a lo de antes, me sentí un poco como Rowling. Esto tiene su explicación. Cuando ella pensó en el nombre del colegio al que iría el que se convertiría en el niño mago más famoso, por su cabeza apareció la palabra Hogwarts, se sintió por un momento la reina del mundo al haber encontrado un nombre que tanto le gustaba. Cuán fue su decepción cuando descubrió que Hogwarts es el nombre de una planta que leyó cuando estuvo en un jardín botánico, o un museo natural o algo de eso. El caso, durante un momento pensé que era mía incluso pensé ciertas variaciones para ver cuál de todas quedaba mejor. “Si puedes soñarlo, puedes lograrlo” “Si puedes soñarlo, puedes alcanzarlo”. Algo en mi cabeza me decía… “Esto no es tuyo”. Así que efectivamente googleé la frase y fue dicha con anterioridad por nuestro amigo Walter.
En resumen, si puedes soñarlo ¿por qué no podrás hacerlo? Solamente necesitas valor y fuerza. Son los dos pilares para conseguir el éxito. Nuestros sueños.

“Todos nuestros sueños pueden convertirse en realidad si tenemos la valentía de perseguirlos”.
Volved al anterior post y encontrareis algo parecido. Algo que tenía que ver con la ambición de uno mismo y la posibilidad de cambiar el mundo si poseíamos la cantidad suficiente de la cualidad anteriormente mencionado. No podemos soñar con tocar la luna y no poner nuestro esfuerzo en conseguir un cohete y un traje especializado para llegar al espacio. ¿Quieres tocar la luna? ¡Entonces, despierta! La luna no va a venir a ti para que puedas tocarla. Has de ser tú quién vaya a tocar la luna. Valentía y voluntad. Coraje y fuerza.

“No duermas para descansar, duerme para soñar. Porque los sueños están para cumplirse”.
Realmente yo sufro con esto, porque siempre que sueño cosas muy grandes o realmente motivadoras… Tengo la noción de haberlo soñado, pero no soy capaz de recordar lo que ocurría en ellos. Creo que tiene que ver con la fase rem del sueño. No soy muy erudito en el tema de la onirología, que para aquellos que no lo sepan es el estudio de los sueños, en su nombre técnico y originario del antiguo griego. Por otro lado, siempre que tengo sueños en los que me pasa algo horrible soy capaz de recordar todos y cada uno de los detalles de la escena. Si alguien puede explicarme este fenómeno, se lo agradecería de verdad.
El caso es, en sueños, cuando estás dormido pierdes todas las angustias y cualquier cosa que desees se puede realizar. Ese momento de felicidad que sentimos al despertar de un bonito sueño. Es indescriptible. La felicidad más absoluta porque por un momento has alcanzado tu sueño. ¿Os imagináis lo que se debe sentir al hacerlos realidad? Nunca lo descubriremos si no nos levantamos de la cama.

“Si tienes un sueño y crees en el, corres el riesgo de que se convierta en realidad”.
Los diamantes surgen a través de la presión. Hay que presionarse a uno mismo por alcanzarlo. Mirar hacia delante y ver la luz de un semáforo. Este semáforo, no obstante, tiene una especialidad. Su luz siempre está en verde. Camina. No veas nunca la luz roja, solo ve la verde que te dice “Ve a por ello”. No tengas miedo.
Toda acción conlleva un riesgo o unas consecuencias, si crees ciegamente en esa meta, hay una alta probabilidad de que se cumpla. Estás corriendo el riesgo de que se cumpla. ¿Quieres llegar al final del camino? Eso solo depende de ti. Sólo una pequeña reflexión más ¿qué es la vida sin una pizca de riesgo? En mi opinión sería monótona y aburrida.

 “La forma de empezar es dejar de hablar y empezar a hacerlo”
¿De qué sirve decir  “mi sueño es poder ir algún día a Nueva York” si no empiezas a hacer algo para lograrlo? Actuemos.  Cada paso que damos hacia delante es un paso menos que nos falta para alcanzar la tan esperada meta. Pero hay que dar esos pasos. Si no los damos no llegaremos ni siquiera a rozarlos.

“Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir”
Creo que a lo largo de mis palabras ha quedado lo suficientemente clara esta declaración. La cima, la meta, está allí y no es difícil llegar a ella si ponemos nuestro corazón en lograrlo. Siempre hemos de dar lo mejor de nosotros. Sin embargo, necesitamos de una gran voluntad, y mucha más aún fuerza y confianza para no rendirnos cuando el primer obstáculo aparezca frente a nosotros. Hay que perseverar. La perseverancia es la clave de todo. Hay que recordar, no obstante, que nuestro camino es una escalada hacia arriba. Cuando venga una poderosa ráfaga de aire, o se avecine la tormenta puede que caigamos unos cuantos metros. Amarrémonos a lo que podamos. Clavemos nuestras uñas en el asfalto y sigamos escalando. Con confianza, nada nos puede parar.

“Hacer lo imposible es una forma de diversión”
“Eso es imposible”. Esto es algo que nos dirán en infinidad de ocasiones cuando expongamos nuestros sueños a otras personas. ¿Y no recae ahí la verdadera diversión? ¿El verdadero riesgo? ¿Qué tiene de divertido algo que sabemos que podemos conseguir sin el más mínimo esfuerzo? Con lo divertido que es embarcarse en una nueva aventura. Y cada camino por alcanzar cada uno de esos sueños es una aventura diferente. No solo hay porque encontrarse con la felicidad al final del túnel. La diversión del camino es algo que no podemos dejar de lado. Alcancemos lo imposible. Porque… No hay imposibles, solo hay improbables. Pero, “yo quiero ser esa una”.

“Caminamos hacia el futuro, abriendo nuevas puertas y haciendo nuevas cosas, porque somos curiosos… y la curiosidad sigue conduciéndonos por nuevos caminos.
No cabe duda alguna de que este hombre era un gran sabio. Sabía de la vida cosas que muchos de los demás mortales no tenemos ni idea. Es impresionante como todo esto puede salir de una sola persona. La curiosidad nos conduce por nuevos caminos. Antes dijimos que si no existe el camino habríamos de crear el nuestro propio. ¿Y no es a esto a lo que hace referencia el señor Disney? Seamos curiosos. Creamos. Soñemos. En definitiva, vivamos.


Es por eso que quería, no, más bien necesitaba escribir esto. Mi lista de sueños es muy, muy larga y algunos han quedado en el tintero hace tiempo. No porque crea que son imposibles de alcanzar, sino por el simple hecho de que las personas cambian y con ellas sus preferencias. A algunos pueden pareceros infantiles algunas de las referencias, pero si por un solo dejásemos de prejuzgar y pensásemos un poco… Acabaré con una última referencia pueril. La abuela Sauce en la película de Pocahontas cantaba “Abre el corazón y lo entenderás”. Abrámoslo. Dejad que los sueños os llenen, os envuelvan porque "en los sueños encontramos un mundo enteramente nuestro"
 Hubo un tiempo en que mi gran sueño fue poder convertirme en cantante, pero gran error por mi parte, fue no intentarlo jamás. ¿Sabéis cuál es ahora? Un piso en Londres, o Nueva York. En una de esas dos grandes ciudades ejerceré a media jornada como un reconocido periodista escribiendo ciertos artículos de opinión recurrentes en un periódico. Porque mi verdadero sueño es viajar por todo el mundo y poder convertirme en un escritor de éxito. No pararé hasta que vea mis libros expuestos tras el escaparate de una librería. Hasta entonces el camino a recorrer es demasiado largo y pienso recorrer cada milímetro centrando mi mente en ese sueño. Mis pilares son: Valor,  confianza, perseverancia, fuerza y fe. Creo en mi capacidad de conocerlos. Sí solo uno entre un millón llega a ser escritor de éxito. Si solo uno entre un millón puede recorrer el mundo entero. Si solo uno entre un millón alcanza la felicidad más absoluta. Yo lo tengo muy claro. Quiero ser ese uno. Y voy a serlo.
El camino tiene un final. Los sueños no son imposibles. Es por eso que te digo.
No lo sueñes, ¡vívelo! Y no olvides disfrutar de tu aventura hasta que consigas verlos todos cumplidos.

¡Vívelo!

domingo, 26 de octubre de 2014

Reflexión 1: Destino

Buenas noches soñadores. Sé que he tenido esto bastante abandonado últimamente pero el verano me quitó toda la energía y he estado envuelto en aquel proyecto que os conté que escribiría pero que no subiría aquí. Nunca he dejado de escribir. Siempre tengo una historia en mi cabeza. Pero no puedo escribirlo todo a la vez. El otro día mil sentimientos en uno aparecieron en mí y me apetecía escribir una pequeña entrada de reflexión y aquí os la dejo, por si la queréis leer. ¿Seguiré subiendo cosas a este blog? Eso espero. Pero entre la universidad, mil proyectos que tengo en mente y otras cosas que me hacen sentir feliz abarcan gran parte de mi tiempo, pero lo intentaré. A ver si consigo organizarme, mientras tanto, ahí va, mi pequeña reflexión:


Destino

Es indescriptible cuantos sentimientos se pueden suceder en nuestro interior en un fragmento de tiempo tan corto como una milésima de segundo. 
 Hay veces que nos sentimos decaídos, que pensamos que nada importa y que todo ha perdido el sentido. En esos momentos solo quieres morir, encerrarte en tu cuarto tumbado en la cama en posición fetal esperando a que la parca de la muerte venga a recoger los últimos restos de tu cadáver putrefacto. Será ese momento en el que pensarás ¿Qué he estado haciendo con mi vida? Un sabio dijo una vez "Nadie dijo que fuera fácil" y no le faltaba razón, porque la vida no es fácil, pero en vez de ponerle malas caras a las situaciones podemos paliarlas diciendo "Aquí estoy yo, y nada va a poder conmigo". Puede que en ocasiones sintamos que no valemos nada y que no tenemos la fuerza suficiente para seguir adelante. En estos casos yo siempre repito en mi cabeza mi palabra favorita, como si de un mantra se tratase. ¿Sabéis cuál es esa palabra? Imposible. Y hay una razón muy clara por la que esta es mi palabra favorita. Nada en esta vida es imposible. Existen los improbables, pero nunca existirán los imposibles. No si luchas por ello con todas tus fuerzas. No obstante, tampoco es algo que podamos creernos al cien por cien. Es imposible que nos surjan alas de la espalda y podamos alzar el vuelo como un ave fénix. ¿De verdad eso es imposible? Puede que lo fuese con anterioridad, pero a día de hoy hemos avanzado de manera escandalosa. Podemos fabricar nuestras propias alas. Una mochila a reacción, o lo que sea que queramos, simplemente tenemos que creer en nosotros mismos y en nuestras capacidades para afrontar las dificultades que la vida nos pone por delante. Según dijo C.S. Lewis una vez “las dificultades preparan a personas comunes para destinos extraordinarios”. Nadie conseguirá nada sin luchar por ello. Aunque creamos lo contrario. La verdad, siempre he creído en ese fatus del que hablaban los antiguos romanos, para nosotros, el destino. Hay personas que creen en dios, hay personas supersticiosas… Yo me dejo llevar siempre por mi corazón y por mi destino. Entre los que creen en el destino, podemos encontrar una nueva ramificación. Están aquellos que piensan que el destino es algo innato, algo con lo que hemos nacido, como si nuestras acciones estuvieran marcadas por un tatuaje invisible que nos llevaría hasta ese final; y aquellos que piensan que el destino se puede cambiar. ¿En cuál de los dos estados me encuentro yo? Creo que por mis palabras habría sido fácil de deducir. Creo firmemente que el destino se puede cambiar. Quizá a veces parezca que me debata un poco entre ambas opiniones, pues la gran mayoría de las veces que algo pasa pienso “estaba escrito en mi destino” o “el destino ha querido que así sea”. Pero no nos engañemos, tenemos esa capacidad de cambiarlo. Lo sé, suena contradictorio cuanto menos, sin embargo son las contradicciones las que pueden llevarnos a alcanzar la verdad absoluta. Hace poco más de un mes estaba en mi cama viendo el capítulo de una nueva serie y hubo un párrafo que me marcó tanto que llegué a aprendérmelo de memoria con sólo oírlo una vez. Decía así: 
“¿No estás cansado de ser siempre el niño pobre? ¿De qué todos te miren por encima del hombro aunque sepas que eres mejor que ellos? Pues todo eso se puede acabar, si tienes la ambición necesaria para que tu mundo cambie” 
Ambición. Valor. Confianza. Destino. Felicidad. 
Son los cinco pilares que mueven los cimientos de mi vida. Pues hacen falta ambición, valor y confianza en alto grado para llegar al final de nuestro destino. Sólo así podremos hallar la felicidad más absoluta. 
Por otra parte, están esos momentos en los que nos sentimos más vivos que nunca, capaces de incluso cualquier cosa, y nos aventuramos a saltar del precipicio para así poder extender nuestras alas y volar. Es un desafío en contra de la gravedad y sienta genial. Estos son los momentos que debemos recordar en nuestra vida, y no lo que nos hagan sentir pésimos. Luchemos por ser los mejores en todo. Pongamos en práctica esa ambición. No siempre lo conseguiremos, pero el esfuerzo…se recompensa. Da siempre lo mejor de ti y nunca te rindas, será entonces cuando alcanzarás el cenit de la vida. Y creedme cuando os digo que os daréis cuenta de haberlo alcanzado. Es ese momento en que hasta el más nimio detalle te hará sonreír. Es algo que no se puede describir, no al menos con palabras, y estas son nuestro mayor instrumento para llevar a cabo tan preciosa acción como es la expresión. Este momento de apogeo se puede alcanzar por muchas vías, y yo se que alcanzaré el mío cuando vea todos y cada uno de mis sueños, o al menos una gran cantidad de ellos cumplidos, porque ¿a quién quiero engañar? Necesitaría más de una vida para llevarlos todos a cabo. Sin embargo, podemos acercarnos plenamente a ese momento con los más simples detalles que nos hagan sentir una felicidad infinita. Algún día, espero poder ser periodista de éxito, tener mi propio programa de televisión, ser una figura relevante en el mundo, o lo que más he ansiado toda mi vida, o al menos desde que tengo 12 años, y cuyo sentimiento se ha ido haciendo más y más grande a medida que crecía, ser escritor de novelas. En definitiva, me gustaría poder ser alguien. Ser recordado en la vida. Solo tenemos una y no pienso pasar por ella sin pena ni gloria. Solo se vive una vez, y no pienso pasar el resto de mis días resignándome por aquellas cosas que van, han ido o irán mal en mi vida. 
Muchos me dijeron que no llegaría lejos y cada día que pasa doy un paso más hacia delante. Nunca he visto mi vida ligada a este lugar, ni a sus gentes; gentes que solo han hecho que entrometerse en mi camino y han dispuesto sobre él grandes muros de piedra pensando que con el menor soplo de aire fresco me harían caer. Bueno, puede que así fuera en un principio. Nadie aprende las cosas al primer intento, Pavlov ya lo dejó suficientemente claro con aquel perro. Al principio tropezaba siempre con dichos muros que me hacían caer, llorar, en definitiva, sentirme frágil. Un día intenté escalarlo, y me caí. No todas las veces que desafías a la gravedad puedes ganar la batalla. Fue tal el golpe que algo cambió dentro de mí. Me di cuenta de algo. Nunca conseguiría escalarlo. Era algo, ¿recordáis la palabra? ¿Imposible? No. Era improbable. Aprendí pues que los muros, ya sean de 100 metros o de 2000 kilómetros de altura, no se escalan. Los muros se destruyen. Y esa gente fue la que me dio fuerza para quebrar todos y cada uno de los muros que hoy día aparecen en mi camino. Durante un tiempo fui una persona gris, ingenua, inocente, frágil y débil. Las cosas han cambiado. Ahora he aprendido a ser un arco iris de colores y elegir cada día cual me viene mejor. El rojo los días que estoy apasionado, verde de la esperanza, etc. Mi inocencia ha desaparecido para dar paso a una pronta madurez oculta tras una faceta de mente pueril e infantil que es la que muestro al mundo. Y me encanta ser así, mucho más de lo que me gustaría admitir. Algunos podréis tacharme de frío y calculador, pues mientras todos se piensan que bajo mi piel no hay más que un pequeño infante que no sabe de la vida, realmente hay una persona que analiza todas y cada una de las situaciones y se aprovecha de ellas de la mejor manera posible. Niño y hombre puedo ser. Todo lo que hagáis no va a ir en mi contra. No va a rebotar. Todas esas acciones se grabarán a fuego en mi piel y me harán aprender cada día un poco más. ¿Debilidad? Es una palabra que desapareció de mi diccionario hace tiempo. Gracias a todos aquellos que una vez me empujaron, me insultaron y me humillaron y gracias a aquellos que a día de hoy seguís intentándolo. Vosotros, sí, vosotros me habéis hecho fuerte. ¿Recordáis lo que hacía antes cada vez que algún golpe llegaba a mí? Y por golpe se incluyen insultos y/o humillaciones varias. Me faltaba tiempo para salir corriendo mientras lloraba arropado en los brazos de alguien. Ahora vosotros sois mis nuevos brazos, más bien, sois la armadura que recubre los míos. Acero de puro titanio a prueba de balas. Y no sabéis lo bien que sienta cada vez que alguien te insulta y no le das la satisfacción de sentirte como ellos quieren. He aprendido a girarme, mirarlos a los ojos y dedicarle la mayor de mis sonrisas en gesto de agradecimiento. Luego solo tengo que volver a girarme, mirar hacia delante y seguir regodeándome de hacer lo que hago, y hacerlo delante de sus caras lo que es mucho más divertido aún, porque piensan que debería sentirme mal por ser como soy. Pero tampoco vamos a engañarnos. Muchas veces todo eso no es más que una simple fachada. Es por eso que suelo vivir oculto en mi música y mis libros. Te transportas a otro mundo sin apenas moverte de la cama, el sofá, o cualquiera que sea el lugar que utilices. Nunca seré lo que esperan de mí. Y en parte me siento orgulloso por ello. Hay una cosa muy bonita que se llama personalidad y que solo unas pocas personas tiene el privilegio de poseer. Os metéis conmigo, porque soy raro, diferente, extravagante, por no seguir los esquemas que marca la sociedad… Yo digo que tengo personalidad. Y sí, es muy duro sentirte solo e incomprendido por todo el mundo, incluyendo en algunas ocasiones incluso a tus amigos o tu familia. Ir caminando por la calle y ver como la gente no deja de clavar su mirada asesina en tus carnes o susurra cosas sobre ti. Perdonadme por no ser una víctima más de este sistema en el que todos vivís. Es muy bonito eso de que os compréis ropa porque “se lleva” cuando ni siquiera la vais a usar, o después de usarla dos veces vais a abandonar en las inmediaciones de vuestro armario; que escuchéis la música que le “gusta” a todo el mundo… Enhorabuena por ser copias baratas unos de otros. Yo prefiero ser yo mismo. Y al que no le guste, pues tiene dos opciones. O deja de mirarme y me deja en paz, aunque sea solo, en muchas ocasiones no se necesita a nadie a tu lado, no obstante siempre es bueno contar con el apoyo de tus amigos. Y los verdaderos pueden contarse con los dedos de las dos manos, puede que incluso, quizá te sobre alguno. Yo soy así y no pienso cambiar por nada ni por nadie. Deberíais empezar a verlo desde este punto de vista, sin embargo, si queréis seguir siendo como muñequitos/as Ken y/o Barbies yo lo respeto. Ahora bien, os pido algo, que vosotros también respetéis mi forma de ser. No creo que lo que haga influya en vuestras vidas. Si la vuestra es aburrida, buscad algo interesante que hacer con ella. 
Hace cuatro meses me hice un tatuaje, y no hay experiencia más enriquecedora si realmente sientes con el corazón lo que te estás grabando en la piel. Es algo eterno. Quedará marcado hasta los restos. ¿Y no era ese mi propósito inicial? Ser recordado por algo. Podría haberme tatuado cualquiera cosa carente de sentido, y fuera de lógica. Pero elegí una palabra. “Courage”. Y todos esos que me dicen “¿por qué en inglés si eres español?” podéis iros a freír espárragos. Siempre he sentido gran admiración por el mundo anglosajón y yo no juzgo a nadie por tatuarse su propio nombre – que por cierto me parece la mayor muestra de egocentrismo – en caracteres chinos, árabes o incluso élficos (que ve usted a saber lo que se está escribiendo ahí). Y para los que no sabéis inglés, o no queréis aprenderlo, significa coraje, o valor. Es una forma de recordarme a mí mismo que se necesita una gran cantidad de éste último para afrontar muchas de las situaciones que esta vida nos pone en el medio de nuestro camino. He tropezado tantas veces con la misma piedra, que de tanto impacto he conseguido que esa piedra se destroce en pequeños fragmentos. Y cuanto más pequeños son los fragmentos, más orgulloso me siento. También he sido “juzgado” – no en el sentido estricto de la palabra – por el sitio que elegí para implantarme esa palabra. El dorso de la mano. Las críticas más repetidas fueron “si te lo pones en ese lugar lo verás todos los días y acabarás cansándote de ellos”, “si lo llevas en un lugar tan visible quizá tengas problemas en un futuro”. Me da igual todo. A parte de todo lo que dije antes soy una persona bastante orgullosa y cabezona. Y hago las cosas cuando quiero, como quiero y porque quiero. No me dejo llevar por las decisiones de nadie. Y uno de mis grandes defectos es casi siempre anteponer la felicidad de los demás a la mía (solo de aquellos que me importan, obviamente) cuando pocas personas anteponen mi felicidad a la suya. Nadie es perfecto ¿no? Aunque un gran porcentaje de la población se lo crea.
 En definitiva, ser raro es lo que me hace ser especial. Voy a luchar por alcanzar todos mis sueños, porque un sueño es un deseo creado por tu corazón, y voy a conseguirlos, porque no se va a ningún sitio sin confianza. Y tampoco sin la fuerza que me habéis proporcionado. Casi siempre he afrontado todas las situaciones con la única ayuda de mi cerebro, mi corazón, mi confianza y mi valor. Soy muy bueno escuchando, y ayudando a cualquier persona, pero pocas personas podrán contarte los problemas que asolan mi vida, que por cierto, no son pocos, porque no me gusta contarlos. Creo que es una gran virtud poder afrontar las cosas directamente. Mirar al miedo de frente. Hacer gala de nuestro valor. En mi persona sería fácilmente aplicable la frase “consejos vendo y para mí no tengo”. Desde hace cuatro meses solo tengo que mirar a mi mano izquierda. Fundir mis ojos con la tinta negra y saberme valiente para lidiar con todo. 
He llegado al gran punto de mi vida, ese en el que solo las cosas buenas se quedan dentro de ti y las malas mueren como las hojas de los árboles en otoño. ¿Por qué lo sé? Esta misma mañana he salido a pasear, con la única compañía de mis auriculares y la música que más me gusta. He divisado un pequeño parque con una cascada preciosa. He vagado por sus caminos terrosos, rodeado de árboles y vegetación. Una canción sonaba en mi cabeza, las hojas de los árboles caían con los primeros atisbos anaranjados y parduzcos del otoño, a la par que yo pasaba frente a ellos. El agua, las flores, la vegetación, la naturaleza, el frío que sentía en mis manos, el vaho gélido que salía de mi boca y en mi cabeza el pensamiento de aquellas personas que me hacen sentir bien, todo era perfecto y aunque aún me queden miles de sueños por cumplir... Allí estaba el principio del camino que me llevaría hasta el cenit. Si no existe el camino, crea el tuyo propio. Y allí estaba mi felicidad. Porque en aquel lugar, con la simple compañía de la naturaleza me sentía infinito y pocas veces una sonrisa tan amplia había sido dibujada con anterioridad en mi cara. Estaba de camino a encontrarme… Con mi destino.