sábado, 21 de marzo de 2015

The hardest word to say… It’s goodbye




Adiós. Una palabra que muchos pueden odiar. Algo difícil de decir, que nos cuesta demasiado. Pero es necesario, porque como sabemos nada dura para siempre. Nunca querremos aceptarlo pero es la verdad. Ahora mismo debería estar estudiando pero no puedo hacerlo sin antes escribir todo esto. Algunos podrán llamarme idiota pero llevo una hora y media llorando. No se ha muerto mi mascota, ni me han dado una malísima noticia. Hay una razón para mis lágrimas.
Glee.
Alguno dirá “¿Por qué has pulsado el teclado sin razón? Escribe algo con coherencia”. Lo he hecho. Glee es una comedia musical americana que comenzó a ser emitida en 2009. Ni siquiera sabía de la existencia de la serie. Cuando comencé a saber que existía fue allá por mediados de 2010 cuando la cadena española Neox comenzó a anunciarla. Dieron tanto bombo con la cosa que acabé harto del anuncio y del asqueroso sonidito del “Don’t stop believing”. En ningún momento pensé que esas palabras se convertirían en una de las más importantes que han quedado grabadas en mi cerebro.
En ese momento pasé un poco del tema. No creía que fuese algo que requiriese mi atención. ¿Para qué perder mi tiempo en eso? No tengo palabras suficientes para agradecer a una gran amiga llamada Esperanza. Desde el día en que ella se cruzó en mi camino todo ha sido diferente, aunque a pesar de conocernos desde hace 3 años vía internet aún no hemos tenido la ocasión de hacerlo en persona. Fue ella la que puso Glee en mi vida. Diciembre de 2011. Lo recuerdo como si fuera ayer. Yo le pasé un enlace con la versión de Last Christmas, original de Wham, (de los que no sabía la existencia hasta Glee) de Ashley Tisdale. Ella compartió conmigo la de Glee. No me disgustó del todo pero no era el tipo de voces que a mí me gustaba escuchar.
Un mes después cuando yo me desperté para ir al instituto, aquella mañana acabé de prepararme antes de lo normal y como me sobraba algo de tiempo me senté a ver la tele. No había nada que me apeteciese ver así que empecé a ver zapping. ¿Cuál fue mi sorpresa cuando me sorprendí a mí mismo encontrando la serie en la cadena Fox? Además fue todo como un sueño porque ¿Adivináis que capítulo estaban echando? El mismo en el que cantaban Last Christmas. Para que luego digan que las casualidades no existen. Son improbables, pero existen. Aunque a veces me planteo ¿Casualidades o destino? Quizá una mezcla de las dos. ¿Quién sabe?
Tres días después me acordé que lo echaban todas las mañanas. Lo volví a poner. Rachel Berry, una cría enamorada del guapo de turno y que es rechazada porque a él le gusta la guapa de turno. Entonces ella enfadada se va y le canta Firework de Katy Perry. Demasiado cliché ¿no? Pero al día siguiente me levanté una hora antes de lo habitual para ver el siguiente capítulo. ¿Justin Bieber? ¿En serio? Decido verlo un día y resulta que el capítulo se centra en Justin Bieber. Aún con esas lo disfruté demasiado, y os voy a contar un pequeño secreto, yo era fan del «mini Dios» antes de que muchas niñas lo conocieran. Un día más, un nuevo capítulo. Blame it on the alcohol. Hacía que no me reía así mucho tiempo, había estado pasado una mala época un poco antes. Esa misma tarde 8 de enero de 2012 al llegar a casa y con los exámenes a la vuelta de la esquina todo me dio igual. Encendí mi ordenador, acudí a una página de series online y clické en el botón que había al lado del nombre Pilot. Además tuve la suerte de que me tope con la versión extendida del capítulo, versión que no he vuelto a encontrar, por cierto.
Continuaba viendo la serie simultáneamente. Por las tardes 3 o 4 capítulos de la 1ª temporada y por las mañanas el que emitían en televisión de la segunda. A veces me arrepiento de esto. Estaba ya totalmente enamorado. Del show. De los personajes. Las canciones. Las canciones. Las voces. Y las emociones. Incluso acabé enganchando a mi hermana y lo veíamos juntos todas las tardes. De mi móvil desaparecieron canciones para hacer hueco a toda la música que Glee iba haciendo. Cada semana había más.
Creo que tardé una semana y media en verme los 44 primeros episodios. Por aquel entonces gustaba en ver las series dobladas, no sé porque la verdad. Ahora tengo una nueva tradición. Ver las series dobladas, en versión original subtituladas en inglés y en versión original sin subtítulos. Por eso por más que quiero avanzar o ver muchas series siempre me atasco en las mismas. Me obsesiono demasiado con las cosas. Entonces, la 3ª temporada aún no estaba doblada. Y tenía que centrarme en los exámenes. 2º de bachillerato calling. If you know what I mean.
Finchel y Klaine eran parte de mi vida. Mi cuenta de twitter cambió casi en su totalidad a Glee. Conocí a un montón de gente. Gané muchos seguidores. A diario les dejaba tweets de apoyo a Lea, Chris, Darren, Cory y los demás. Cuando veía un TT me faltaba tiempo de petar mi cuenta con cosas. Echo de menos aquellos días en que me daban tweet limit por superar el número de ellos que se pueden escribir en una hora. Sufría cada vez que tenía que estar unas cuantas horas sin escribir. Descubrí tumblr y todas las fotos de Glee que podría encontrar ahí. Muchas de mis tardes constaban en escuchar Glee, ver Glee, twittear sobre Glee, y buscar fotos de Glee.
2 de Julio de 2012. 3ª temporada de Glee en Fox España. Por fin podría seguir viéndola. Cuando llegué al capítulo 12 y descubrí que la boda Finchel era prácticamente un hecho; lo mandé todo a la mierda. Esa misma tarde acabé la 3ª temporada. Fue la primera vez que lloré con Glee. Finn en Ohio, Rachel yendo a Nueva York, y de fondo Roots Before Branches. Ese verano me lo pasé pipa. Como un enano. Participé en un vídeo hecho por los gleeks. Cuando el creador dijo que habría Glee tour en 2013, tour que nunca existió. Pero nosotros intentamos con todas nuestras fuerzas que el tour pasara por España. #SpainInvitesTheGleeCastToPaella #SpainGleeTour2013. Cuántas cuentas fueron bloqueadas aquel verano  por Ryan Murphy. Pobre, la de tweets que pudo llegar a recibir. El vídeo se llamaba AtaqueGleek, o el proyecto. Aquel día me enamoré por fin de Don’t Stop Believin’. Hasta el momento era una canción que bueno… ahí estaba. Era especial por ser “con la que empezó todo” pero no acababa de llenarme. El final del vídeo acaba con Tongue Tied.
En Agosto se hizo Trending Topic Mundial “The New Rachel Berry”. Algo que captó mi atención  desde el principio. Era el nombre del primer capítulo de la cuarta temporada. A mediados de septiembre de ese año sabía que estaba demasiado enganchado a la serie y que tenía que volver a verla cuantas veces fuera posible. Lo mejor era tenerla en DVD. Encontré una oferta con la edición anuario que traía las 3 primeras temporadas completas y que salió a la venta poco después de mi cumpleaños. No dudé ni un momento.
Esos chicos habían cambiado mi vida demasiado. Hablaba de Glee a todo el mundo aunque no parecían hacerme mucho caso. Aunque conseguí que en un año más de 10 personas se enganchasen, lo que tengo como un gran logro personal.
Quería cosas de Glee. Sabía que mi primer tatuaje tendría que ver con Glee. Me veía reflejado en esos chicos. Sobre todo en Kurt, pero un poco en todos. La gran estrella odiada por todo el mundo. Cuando todo lo que me apetecía erar llorar, ver un capítulo de Glee me hacía salir del agujero y reír como un crío pequeño. Aunque no faltaban los momentos en que las escenas o alguna canción me calaba tanto que acababa recreando el diluvio universal en mi cuarto.
Cory y Lea parecían estar juntos. Más tarde él lo confirmaría en un programa de televisión. Adoraba demasiado a esos chicos. La 4ª temporada empezó a salirse un poco de los esquemas originales de la serie pero seguía encantándome. Tenía algo especial. 31 de diciembre 2012. El concierto de Glee sería emitido en Canal +. Lo vi y como no podía ser de otra manera, me encantó. Quería volver a verlo. Una vez, y otra, y otra, y otra.
1 de abril de 2013. Malas noticias. Cory no estaría en los dos últimos capítulos de la temporada porque había tenido que ingresar en un centro de desintoxicación. 28 de abril Cory estaba fuera. No me acababan de encajar las fechas. No sabía mucho del tema pero una adicción no se supera en menos de un mes ¿no? Buenas noticias. El primer disco de Lea, la que ya era mi cantante preferida saldría a la venta al año siguiente. Al menos eso alejó mi mente de Cory.
14 de julio. Me desperté a las 8 de la mañana. Estaba releyendo Harry Potter y el Cáliz de fuego. Me quedaban 250 páginas. Me propuse acabármelas. A eso de las 11 había acabado. Cogí el móvil de mi mesilla de noche. Tenía un mensaje de una amiga. “Hallan muerto al actor de Glee Cory Monteith”. Pinché en la noticia. La leí. No podía ser verdad. Fui a twitter. Todo el mundo estaba consternado. Cuando mi mente aceptó que era verdad y no una simple broma pesada lo primero que pasó por mi cabeza fue “Lea”. Esa semana fue muy dura. No me apetecía salir, no me apetecía comer, no me apetecía sonreír. Solo me apetecía escuchar todas las canciones que él había cantado desde I can’t fight this feeling hasta Fight for you right (to party). “Cuando truene no penséis en la tormenta, pensad que es Cory tocando su batería desde el cielo”, decían. Aquel día había tormenta. Agarré mis dvds de Glee y vi algunos de mis episodios favoritos para llorarle. Investigué sobre su muerte. Esperé con ansia los resultados de la autopsia. Discutí con mi familia, con mi hermano e incluso a ratos con mis amigos. “¿Por qué estás así por un drogadicto al que ni siquiera conoces?”. Preferí callarme.
Glee podía ser cancelado. Pero no sabía si sería capaz de verlo sin Cory. Admiré a Lea por tener la fuerza que tuvo al tener sobre sus manos el futuro de la serie, echarle valor y continuar en el set en el que conoció al que era su novio. Y al que iría día tras día a trabajar. El argumento de la serie empezaba a perder todo el sentido. La serie sin él no era lo mismo. Se notaba su ausencia. The Quarterback fue el episodio con el que más he llorado nunca. De hecho es el único que solo he visto una vez. No he tenido los huevos de volver a hacerlo.
31 de diciembre 2013. El DVD con el concierto de Glee llega a mi casa. Algo inesperado, pues la entrega estaba prevista para el 8 de enero (día que empecé a ver Glee), pero llegó el 31 de diciembre (el día que hacía un año que lo habían emitido en televisión).
4 de marzo de 2014. Louder sale a la venta. Con dos cosas especialidades. Lea le ha escrito una canción a Cory. La segunda es los agradecimientos y dedicatorias donde dice “And to my Cory. This album is for you”. Hice lo imposible por conseguirlo. Desde recorrerme media ciudad, sin apenas conocerla a gritar en la cara de la dependienta cuando me miró con cara de indiferencia al preguntarle por Lea Michele y me percaté que era el disco que estaba desempaquetando.
Desde entonces sentía que seguía viendo Glee por lo que el show había significado para mí esos dos años, pero había perdido bastante interés. Tenía una especialidad, sin embargo, por más que intentaba odiarlo, me seguía gustando. Disfrutaba cuando lo veía. No era lo mismo que al principio, ni de lejos.  Pero eso me ha llevado hasta aquí.
En septiembre conocí a una persona muy importante. Los que saben de ella saben lo que ha significado para mí. Fue uno de los mejores meses de mi vida. Cuando fuimos a su casa a ver Glee y justo eligió mi capítulo favorito. Casi me muero cuando me dijo el capítulo que quería ver. Más tarde en Glee cantarían una de sus canciones preferidas. Pero ya no podemos compartirlo, porque así lo decidió.
20 de marzo de 2015. Aunque es 21, pero la fecha oficial de estreno es 20, así que 20. Cuando acabé la tercera temporada pensé “¿Qué voy a hacer con mi vida cuando Glee acabe?”. Hoy lo he descubierto.
Aunque para algunos no sea más que una estupidez o un juego de niños no saben toda la historia que tengo detrás de esta serie. Esta serie me ha enseñado lo que la vida no ha conseguido. Con esta serie he madurado mucho como persona y he cambiado muchas de mis perspectivas de la vida. Mis sueños siempre han sido demasiado grandes para una persona tan pequeña y frágil como yo, hasta que Glee apareció en mi vida. Era la motivación que me faltaba para perseguir todos mis sueños. Y eso estoy haciendo ahora. Y sé que es difícil. Quizá en todos mis sueños la posibilidad de conseguir algo es de una entre un millón, pero entre vosotros y yo. Yo quiero ser esa una. No quiero ser una estrella más en el cielo. Quiero ser la estrella. Esa que más brilla y eclipsa a las demás.
Glee me ha enseñado que nunca debo dejar de creer. Que ser parte de algo especial te hace especial. Y que todos somos especiales. A veces me siento demasiado solo, el marginado de la clase, entre mis amigos y el más extraño de la familia. Pero son esas peculiaridades las que me dan encanto.
Glee me ha enseñado a tener valor. Cuando Kurt conoce a Blaine, este le dice una palabra, una palabra que ahora llevo grabada a fuego en mi piel. Valor. O en su versión original Courage. Antes de ese día me amedrentaba ante todo. He aprendido que hay que mirar al miedo de frente. Desafiar a la gravedad, y saltar del barranco.
Glee me ha enseñado que ser diferente no es malo.
Glee me ha enseñado a ser tolerante.
Glee me ha descubierto un nuevo mundo. Sabía que me gustaba demasiado la música, pero nunca hasta que punto. Más de 700 canciones que me acompañan a diario y voy cantando a grito pelado en medio de la calle sin importarme quién me mire.
Con Glee, he reído. He llorado. He odiado a la calva por hacer que Klaine y Finchel rompiesen en el mismo capítulo. Lo he amado por grandes cosas que ha hecho…
Es difícil entender como unas personas a las que no conoces de nada, pueden llegar a cambiarte la vida. Pero así ha sido.
Lea, Chris, Darren, Cory, Dianna, Naya, Heather, Melissa, Jenna, Kevin, Matthew, Jonathan… todos los que han pasado por Glee me han enseñado algo. Daría casi lo que fuese por compartir unos minutos con cualquiera de ellos.
Lea me ha dado su preciosa voz. Una voz que no cualquier persona puede tener. Una voz que consigue ponerme la voz de gallina en cualquiera de los géneros que toca. Suelo decir que Lea es la mano de Midas de Glee. Todo lo que toca lo convierte en oro. Cuando hace pop, baladas, canciones de Broadway… No importa.
Cory. Mi pequeño gran ángel. Cada día que pasa me acuerdo de él. Y cada vez que una de sus canciones aparece en mi reproductor miro al cielo mientras la canto. El héroe de mi vida.
Chris. Es igual que yo. Si hasta nuestro nombre es igual. Y su libro es uno de mis preferidos de todos los tiempos. Es de esos típicos libros que te tienen riendo desde que empiezas hasta que acabas, a pesar de que el final es trágico.
Podría hacer una lista así para todos pero nunca acabaría. A todos tengo que agradecerles haber aparecido en mi vida.
Al que sí que tengo que dar las gracias de verdad es a Ryan Murphy por crear este show tan grande. Y aunque al final acabase careciendo de sentido y perdiendo por completo su esencia él lo hizo posible y por ello le estoy eternamente agradecido.
Gracias a Glee conocí a dos grupos de personitas que ahora completan mi día a día. Mis pequeños gleeks que me hacen reír a diario con sus tonterías. Por otro lado mis Klainers y su drama Klaine. Como les quiero, ¡joder!
Gracias a Glee he descubierto una gran cantidad de canciones que no se me hubiese ocurrido escuchar. He conocido musicales.
Para algunos han sido 6 años, para mí solo 3.  Pero los más especiales de mi vida. Desde Pilot hasta Dreams Come True. Desde Mr Cellophane y Don’t Stop Believin hasta I lived.
Glee vivirá siempre en mi corazón al igual que todos sus chicos y chicas.
La palabra más difícil de decir… Es adiós pero en este caso:
This time
No One’s gonna say goodbye
I’ll keep you in this heart of mine
This time that we had
I will hold forever

 Hasta siempre Glee.