prologo
La capa del hombre
rozaba en el césped de los terrenos que delimitaban el castillo. Iba caminando
a pasos lentos haciendo el menor ruido posible. El viento azotaba las hojas de
los árboles con más intensidad a medida que se adentraba en las lindes del
bosque oscuro. Los altos árboles lo cubrían todo. El sol había desaparecido del
cielo hacía un par de horas lo que tampoco ayudaba. Haciendo uso de sus dotes
mágicas sostuvo su varita de acebo en su mano derecha y susurró la palabra “Lumos”. Segundos después el extremo
puntiagudo de la varita era el portador de un pequeño haz de luz que iluminaba
el camino por el que aquel extraño hombre caminaba.
Pasaron cinco
minutos más antes de que pudiese alcanzar el sitio en el que una mujer de
dorados cabellos estaba esperándolo. La mujer debía ser una bruja, pues de la
misma manera en que el anciano mago lo había hecho, la mujer, mucho más joven
que el mago, sostenía sobre sus manos una varita coronada por un halo de luz.
-
Buenos
días Eleanor.
-
Mejor
serán buenas noches Salazar.
Salazar Slytherin,
reconocido por ser uno de los cuatro grandes fundadores de Hogwarts el Colegio
de Magia y Hechicería más famoso de todo Reino Unido al que acudían todos los
jóvenes brujas y magos para formarse. Conocido por su ambición, temido por
todos, conocedor de la lengua pársel (lengua de serpientes).
Aquella mujer no le
tenía miedo. Era su amiga. Eleanor Smiths, trabajada en el Departamento de la
Cooperación Mágica Internacional del Ministerio de Magia. Debía ser algo muy
importante si se reunía con aquel mago, a altas horas de la noche en uno de los
bosques más temidos por los misterios y secretos que guarda y las criaturas que
lo pueblan.
-
¿Querías
verme? – preguntó el anciano llevándose los dedos a su espesa barba blanca. La
mujer rubia giró su cabeza varias veces en todas direcciones para asegurarse
que estaban solos en aquel oscuro bosque -. Traerás noticias, confío.
-
Como ya
sabes Salazar, el Ministerio de Magia estaba pensando en algo grande que
realizar este año en las escuelas de magia más reconocidas del mundo. Parece
ser que lo han encontrado – hizo una breve pausa para respirar -. Se trata de
un torneo. El Torneo de los Tres Magos, que lo llaman.
-
¿Tres
magos? Eso significa…
-
Que
tres escuelas participarán en él. Y Hogwarts ha sido elegido como sede del
torneo. Si todo saliese según el plan, el torneo se repetiría una vez cada diez
años. Pero las normas irán cambiando, de eso no me cabe la menor duda.
-
¿Lo
saben Godric, Helga y Rowena?
La mujer negó con
su cabeza la pregunta que Salazar Slytherin le había planteado. Eleanor le
explicó al anciano que el Ministro de Magia Seyfour Watters se reuniría con
ellos al anochecer del día 31 de agosto. Lo que significaba que no podrían
negarse. El año escolar empezaría unas horas después de la reunión. Tendrían
que prepararlo todo en unas horas para acoger a los huéspedes de las otras
escuelas de magia, y sus alumnos. De haber tenido de frente al ministro en
persona y no a la jovencuela señorita Smiths, es probable que se encontrase
estrangulando a aquel hombre.
Desde que dos años
antes, Seyfour Watters hubiese sido nombrado ministro la situación del mundo
mágica estaba en plena decadencia. No sólo no le importaba que los «muggles» (como
en el mundo mágico eran llamadas las personas incapaces de realizar magia)
descubriesen la existencia de la magia, incoherencia en sí misma pues el
Ministerio de Magia fue creado para controlar los actos de los magos y guardar
su secreto ante la comunidad no mágica, sino que había mencionado que aquellas
personas que por nacimiento fuesen incapaces de hacer magia, deberían acudir a
las escuelas de magia para así, ejercitar con ello sus poderes. “¿Qué poderes?”
se preguntaron los fundadores por aquel entonces. La magia es un don con el que
se nace. Si no se tiene el don no se puede realizar magia tan sencillo como
eso. Si bien, no se descartaba la posibilidad de que aquellos niños nacidos de
muggles que poseyesen el don acudiesen a formarse para poder controlar sus
poderes. Salazar había mostrado en varias ocasiones su desacuerdo contra esto,
pues pensaba que la magia era algo reservado para aquellas personas que
hubiesen nacido y sido criados en el lecho de un hogar mágico.
-
Seguro
que este año la hornada de sangres sucias es mucho mayor que la del año pasado.
No sé cómo pueden aceptarlos. Podía esperarlo de ese mastodonte llamado Helga,
creo que incluso ella podría ser sangre sucia. Rowena siempre ha sido una mujer
muy incompetente. Pero nunca me lo habría imaginado de Godric. Nuestro trato
fue formar una escuela de magos, no una escuela de niños muggles que dicen
tener poderes de mago.
-
Estamos
trabajando en ello. Mi marido es la manita derecha del ministro, y está
perfeccionando su encantamiento «confundus». Es posible que en unas semanas el
señor Watters haya cedido.
-
No
dispongo de unas semanas. El año escolar empieza en cinco días. ¿No habéis
pensado en la forma más fácil? – se cuestionó el anciano mago.
-
¿Cuál
es esa forma fácil de la que hablas?
-
La
maldición «Imperius»
En el rostro de la
mujer se dibujó un gesto de pánico. No podía hacer eso. La maldición imperius es una de las tres maldiciones
imperdonables y el uso de cualquiera de ellas se condena con el ingreso en
Azkaban (la prisión de los magos). El efecto de la maldición imperius consiste en el control de la
persona afectada por dicha maldición, por el mago o bruja que la haya
conjurado, para ponerlo con ello a tu merced y que haga aquello que quieras que
haga. A parte de ella existían otras dos. La maldición «cruciatus» comúnmente conocida como “la maldición tortura”. Bajo
los efectos de la maldición cruciatus la persona que la sufre es presa del
dolor más pesaroso que haya sufrido en su vida. Valiéndose de ella muchos magos
tenebrosos han torturado a otras personas, intentando sacarles información. Por
mucho que intentaran resistirse, acabarían cediendo a causa del dolor provocado
por la maldición. Ha habido personas que tras sufrirla han llegado a perder la
cordura. Por último está la más peligrosa y letal de todas. La maldición «Avada Kedavra» solo con conjurarla la
persona alcanzada por ella cae muerto en el suelo, en cuestión de segundos. Era
impensable que una pareja de magos, trabajadores del ministerio utilizasen una
de esas maldiciones para hechizar con ellas a su Ministro.
La reunión no duró
mucho más. La mujer se desapareció haciendo agitar el suelo a su alrededor.
Salazar volvió al castillo con sigilo. En la puerta estaba Jeremy Steel el
celador de Hogwarts. Un hombre que parecía haber sido sacado de un libro.
Llevaba una túnica morada que le confería un estilo medieval. Por su elegancia
nadie habría dicho que se trataba del celador de la escuela.
-
Buenas
noches Jeremy
A pesar de su
elegancia no destacaba por su capacidad para relacionarse con los demás.
Cosa que a Salazar
le extrañaba, pues sí que le había visto en alguna ocasión teniendo largas
charlas con Godric Gryffindor.
Los
demás fundadores estaban esperándole sentados en la gigante mesa de madera del
Gran Comedor para empezar a cenar. Aunque el curso no había empezado, los elfos
domésticos de las cocinas se estaban esmerando mucho aquella semana con grandes
bufetes. En la mesa había pollo al whiskie de fuego, pasteles en forma de Caldero
tritones de Jengibre, empanada
de Calabaza, melcochas, bollos de Bath, budín de Yorkshore, empanada de Cornualles y Pastel de calabaza.
-
Buenas
noches Salazar – musitó delicadamente la voz de Rowena - ¿Qué tal?
-
¿A qué
se debe tanta hospitalidad Rowena? Habitualmente eres la más callada.
-
Sólo
quedan cinco días para volver a ver a nuestros alumnos. Estoy feliz. Nos depara
un año muy interesante.
-
Ha
llegado una lechuza del ministro, Salazar – dijo desde el otro lado de la mesa
-. Estábamos esperándote para abrirla y para empezar con el banquete.
-
No
todos habéis esperado – Helga Hufflepuff estaba masticando un cuantioso trozo
de empanada de calabaza -. Pero puedes abrir la carta y leer en alto el
contenido, Godric – la voz de Salazar sonó con tono austero al pronunciar su
nombre.
Queridos Godric,
Helga, Rowena y Salazar:
Me complace informarles que el Departamento
de Cooperación Mágica Internacional está organizando un acontecimiento que
pasará a la historia de la magia y hemos elegido vuestro colegio para ser la
sede de tan importante hecho. Es por eso que el próximo 31 de agosto al caer la
tarde me gustaría reunirme con ustedes para tratar el asunto de una manera
educada y adecuada. Esto va a ser algo legendario, pero mantendré la
exclusividad hasta nuestro posterior encuentro. No hace falta que manden una
lechuza de vuelta, como Ministro tengo mis labores y ha sido el único tiempo
libre que he encontrado.
Con mis mejores respetos. Un saludo,
Seyfour
Watters Ministro de Magia
Leyó el contenido
de la carta dos veces en voz alta ante la atenta mirada de los demás. Había que
empezar a prepararse. Algo muy grande iba a pasar en Hogwarts.
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