Adiós. Una palabra que muchos
pueden odiar. Algo difícil de decir, que nos cuesta demasiado. Pero es
necesario, porque como sabemos nada dura para siempre. Nunca querremos
aceptarlo pero es la verdad. Ahora mismo debería estar estudiando pero no puedo
hacerlo sin antes escribir todo esto. Algunos podrán llamarme idiota pero llevo
una hora y media llorando. No se ha muerto mi mascota, ni me han dado una
malísima noticia. Hay una razón para mis lágrimas.
Glee.
Alguno dirá “¿Por qué has pulsado
el teclado sin razón? Escribe algo con coherencia”. Lo he hecho. Glee es una comedia musical americana
que comenzó a ser emitida en 2009. Ni siquiera sabía de la existencia de la
serie. Cuando comencé a saber que existía fue allá por mediados de 2010 cuando
la cadena española Neox comenzó a anunciarla. Dieron tanto bombo con la cosa
que acabé harto del anuncio y del asqueroso sonidito del “Don’t stop believing”. En ningún momento pensé que esas palabras se
convertirían en una de las más importantes que han quedado grabadas en mi
cerebro.
En ese momento pasé un poco del
tema. No creía que fuese algo que requiriese mi atención. ¿Para qué perder mi
tiempo en eso? No tengo palabras suficientes para agradecer a una gran amiga
llamada Esperanza. Desde el día en que ella se cruzó en mi camino todo ha sido diferente,
aunque a pesar de conocernos desde hace 3 años vía internet aún no hemos tenido
la ocasión de hacerlo en persona. Fue ella la que puso Glee en mi vida. Diciembre de 2011. Lo recuerdo como si fuera ayer.
Yo le pasé un enlace con la versión de Last
Christmas, original de Wham, (de
los que no sabía la existencia hasta Glee)
de Ashley Tisdale. Ella compartió conmigo la de Glee. No me disgustó del todo pero no era el tipo de voces que a mí
me gustaba escuchar.
Un mes después cuando yo me desperté
para ir al instituto, aquella mañana acabé de prepararme antes de lo normal y
como me sobraba algo de tiempo me senté a ver la tele. No había nada que me
apeteciese ver así que empecé a ver zapping. ¿Cuál fue mi sorpresa cuando me
sorprendí a mí mismo encontrando la serie en la cadena Fox? Además fue todo
como un sueño porque ¿Adivináis que capítulo estaban echando? El mismo en el
que cantaban Last Christmas. Para que
luego digan que las casualidades no existen. Son improbables, pero existen.
Aunque a veces me planteo ¿Casualidades o destino? Quizá una mezcla de las dos.
¿Quién sabe?
Tres días después me acordé que
lo echaban todas las mañanas. Lo volví a poner. Rachel Berry, una cría enamorada del guapo de turno y que es
rechazada porque a él le gusta la guapa de turno. Entonces ella enfadada se va
y le canta Firework de Katy Perry. Demasiado cliché ¿no? Pero
al día siguiente me levanté una hora antes de lo habitual para ver el siguiente
capítulo. ¿Justin Bieber? ¿En serio?
Decido verlo un día y resulta que el capítulo se centra en Justin Bieber. Aún con esas lo disfruté demasiado, y os voy a
contar un pequeño secreto, yo era fan del «mini Dios» antes de que muchas niñas
lo conocieran. Un día más, un nuevo capítulo. Blame it on the alcohol. Hacía que no me reía así mucho tiempo,
había estado pasado una mala época un poco antes. Esa misma tarde 8 de enero de
2012 al llegar a casa y con los exámenes a la vuelta de la esquina todo me dio
igual. Encendí mi ordenador, acudí a una página de series online y clické en el
botón que había al lado del nombre Pilot.
Además tuve la suerte de que me tope con la versión extendida del capítulo,
versión que no he vuelto a encontrar, por cierto.
Continuaba viendo la serie simultáneamente.
Por las tardes 3 o 4 capítulos de la 1ª temporada y por las mañanas el que
emitían en televisión de la segunda. A veces me arrepiento de esto. Estaba ya
totalmente enamorado. Del show. De los personajes. Las canciones. Las
canciones. Las voces. Y las emociones. Incluso acabé enganchando a mi hermana y
lo veíamos juntos todas las tardes. De mi móvil desaparecieron canciones para
hacer hueco a toda la música que Glee iba haciendo. Cada semana había más.
Creo que tardé una semana y media
en verme los 44 primeros episodios. Por aquel entonces gustaba en ver las
series dobladas, no sé porque la verdad. Ahora tengo una nueva tradición. Ver
las series dobladas, en versión original subtituladas en inglés y en versión
original sin subtítulos. Por eso por más que quiero avanzar o ver muchas series
siempre me atasco en las mismas. Me obsesiono demasiado con las cosas.
Entonces, la 3ª temporada aún no estaba doblada. Y tenía que centrarme en los
exámenes. 2º de bachillerato calling. If you know what I mean.
Finchel y Klaine eran parte de mi
vida. Mi cuenta de twitter cambió casi en su totalidad a Glee. Conocí a un
montón de gente. Gané muchos seguidores. A diario les dejaba tweets de apoyo a
Lea, Chris, Darren, Cory y los demás. Cuando veía un TT me faltaba tiempo de
petar mi cuenta con cosas. Echo de menos aquellos días en que me daban tweet
limit por superar el número de ellos que se pueden escribir en una hora. Sufría
cada vez que tenía que estar unas cuantas horas sin escribir. Descubrí tumblr y
todas las fotos de Glee que podría encontrar ahí. Muchas de mis tardes constaban
en escuchar Glee, ver Glee, twittear sobre Glee, y buscar fotos de Glee.
2 de Julio de 2012. 3ª temporada
de Glee en Fox España. Por fin podría seguir viéndola. Cuando llegué al
capítulo 12 y descubrí que la boda Finchel era prácticamente un hecho; lo mandé
todo a la mierda. Esa misma tarde acabé la 3ª temporada. Fue la primera vez que
lloré con Glee. Finn en Ohio, Rachel yendo a Nueva York, y de fondo Roots Before Branches. Ese verano me lo
pasé pipa. Como un enano. Participé en un vídeo hecho por los gleeks. Cuando el
creador dijo que habría Glee tour en 2013, tour que nunca existió. Pero
nosotros intentamos con todas nuestras fuerzas que el tour pasara por España.
#SpainInvitesTheGleeCastToPaella #SpainGleeTour2013. Cuántas cuentas fueron
bloqueadas aquel verano por Ryan Murphy.
Pobre, la de tweets que pudo llegar a recibir. El vídeo se llamaba AtaqueGleek,
o el proyecto. Aquel día me enamoré por fin de Don’t Stop Believin’. Hasta el momento era una canción que bueno…
ahí estaba. Era especial por ser “con la que empezó todo” pero no acababa de
llenarme. El final del vídeo acaba con Tongue
Tied.
En Agosto se hizo Trending Topic
Mundial “The New Rachel Berry”. Algo que captó mi atención desde el principio. Era el nombre del primer
capítulo de la cuarta temporada. A mediados de septiembre de ese año sabía que
estaba demasiado enganchado a la serie y que tenía que volver a verla cuantas
veces fuera posible. Lo mejor era tenerla en DVD. Encontré una oferta con la
edición anuario que traía las 3 primeras temporadas completas y que salió a la
venta poco después de mi cumpleaños. No dudé ni un momento.
Esos chicos habían cambiado mi
vida demasiado. Hablaba de Glee a todo el mundo aunque no parecían hacerme
mucho caso. Aunque conseguí que en un año más de 10 personas se enganchasen, lo
que tengo como un gran logro personal.
Quería cosas de Glee. Sabía que
mi primer tatuaje tendría que ver con Glee. Me veía reflejado en esos chicos.
Sobre todo en Kurt, pero un poco en todos. La gran estrella odiada por todo el
mundo. Cuando todo lo que me apetecía erar llorar, ver un capítulo de Glee me
hacía salir del agujero y reír como un crío pequeño. Aunque no faltaban los
momentos en que las escenas o alguna canción me calaba tanto que acababa
recreando el diluvio universal en mi cuarto.
Cory y Lea parecían estar juntos.
Más tarde él lo confirmaría en un programa de televisión. Adoraba demasiado a
esos chicos. La 4ª temporada empezó a salirse un poco de los esquemas
originales de la serie pero seguía encantándome. Tenía algo especial. 31 de
diciembre 2012. El concierto de Glee sería emitido en Canal +. Lo vi y como no
podía ser de otra manera, me encantó. Quería volver a verlo. Una vez, y otra, y
otra, y otra.
1 de abril de 2013. Malas
noticias. Cory no estaría en los dos últimos capítulos de la temporada porque
había tenido que ingresar en un centro de desintoxicación. 28 de abril Cory
estaba fuera. No me acababan de encajar las fechas. No sabía mucho del tema
pero una adicción no se supera en menos de un mes ¿no? Buenas noticias. El
primer disco de Lea, la que ya era mi cantante preferida saldría a la venta al
año siguiente. Al menos eso alejó mi mente de Cory.
14 de julio. Me desperté a las 8
de la mañana. Estaba releyendo Harry Potter y el Cáliz de fuego. Me quedaban
250 páginas. Me propuse acabármelas. A eso de las 11 había acabado. Cogí el móvil
de mi mesilla de noche. Tenía un mensaje de una amiga. “Hallan muerto al actor
de Glee Cory Monteith”. Pinché en la noticia. La leí. No podía ser verdad. Fui
a twitter. Todo el mundo estaba consternado. Cuando mi mente aceptó que era
verdad y no una simple broma pesada lo primero que pasó por mi cabeza fue “Lea”.
Esa semana fue muy dura. No me apetecía salir, no me apetecía comer, no me
apetecía sonreír. Solo me apetecía escuchar todas las canciones que él había
cantado desde I can’t fight this feeling
hasta Fight for you right (to party). “Cuando
truene no penséis en la tormenta, pensad que es Cory tocando su batería desde
el cielo”, decían. Aquel día había tormenta. Agarré mis dvds de Glee y vi
algunos de mis episodios favoritos para llorarle. Investigué sobre su muerte.
Esperé con ansia los resultados de la autopsia. Discutí con mi familia, con mi
hermano e incluso a ratos con mis amigos. “¿Por qué estás así por un drogadicto
al que ni siquiera conoces?”. Preferí callarme.
Glee podía ser cancelado. Pero no
sabía si sería capaz de verlo sin Cory. Admiré a Lea por tener la fuerza que
tuvo al tener sobre sus manos el futuro de la serie, echarle valor y continuar
en el set en el que conoció al que era su novio. Y al que iría día tras día a
trabajar. El argumento de la serie empezaba a perder todo el sentido. La serie
sin él no era lo mismo. Se notaba su ausencia. The Quarterback fue el episodio con el que más he llorado nunca. De
hecho es el único que solo he visto una vez. No he tenido los huevos de volver
a hacerlo.
31 de diciembre 2013. El DVD con
el concierto de Glee llega a mi casa. Algo inesperado, pues la entrega estaba
prevista para el 8 de enero (día que empecé a ver Glee), pero llegó el 31 de
diciembre (el día que hacía un año que lo habían emitido en televisión).
4 de marzo de 2014. Louder sale a
la venta. Con dos cosas especialidades. Lea le ha escrito una canción a Cory.
La segunda es los agradecimientos y dedicatorias donde dice “And to my Cory.
This album is for you”. Hice lo imposible por conseguirlo. Desde recorrerme media
ciudad, sin apenas conocerla a gritar en la cara de la dependienta cuando me
miró con cara de indiferencia al preguntarle por Lea Michele y me percaté que
era el disco que estaba desempaquetando.
Desde entonces sentía que seguía
viendo Glee por lo que el show había significado para mí esos dos años, pero
había perdido bastante interés. Tenía una especialidad, sin embargo, por más
que intentaba odiarlo, me seguía gustando. Disfrutaba cuando lo veía. No era lo
mismo que al principio, ni de lejos. Pero
eso me ha llevado hasta aquí.
En septiembre conocí a una
persona muy importante. Los que saben de ella saben lo que ha significado para
mí. Fue uno de los mejores meses de mi vida. Cuando fuimos a su casa a ver Glee
y justo eligió mi capítulo favorito. Casi me muero cuando me dijo el capítulo
que quería ver. Más tarde en Glee cantarían una de sus canciones preferidas.
Pero ya no podemos compartirlo, porque así lo decidió.
20 de marzo de 2015. Aunque es
21, pero la fecha oficial de estreno es 20, así que 20. Cuando acabé la tercera
temporada pensé “¿Qué voy a hacer con mi vida cuando Glee acabe?”. Hoy lo he
descubierto.
Aunque para algunos no sea más
que una estupidez o un juego de niños no saben toda la historia que tengo
detrás de esta serie. Esta serie me ha enseñado lo que la vida no ha
conseguido. Con esta serie he madurado mucho como persona y he cambiado muchas
de mis perspectivas de la vida. Mis sueños siempre han sido demasiado grandes
para una persona tan pequeña y frágil como yo, hasta que Glee apareció en mi
vida. Era la motivación que me faltaba para perseguir todos mis sueños. Y eso
estoy haciendo ahora. Y sé que es difícil. Quizá en todos mis sueños la
posibilidad de conseguir algo es de una entre un millón, pero entre vosotros y
yo. Yo quiero ser esa una. No quiero ser una estrella más en el cielo. Quiero
ser la estrella. Esa que más brilla y eclipsa a las demás.
Glee me ha enseñado que nunca
debo dejar de creer. Que ser parte de algo especial te hace especial. Y que
todos somos especiales. A veces me siento demasiado solo, el marginado de la
clase, entre mis amigos y el más extraño de la familia. Pero son esas
peculiaridades las que me dan encanto.
Glee me ha enseñado a tener
valor. Cuando Kurt conoce a Blaine, este le dice una palabra, una palabra que
ahora llevo grabada a fuego en mi piel. Valor. O en su versión original
Courage. Antes de ese día me amedrentaba ante todo. He aprendido que hay que
mirar al miedo de frente. Desafiar a la gravedad, y saltar del barranco.
Glee me ha enseñado que ser
diferente no es malo.
Glee me ha enseñado a ser
tolerante.
Glee me ha descubierto un nuevo
mundo. Sabía que me gustaba demasiado la música, pero nunca hasta que punto.
Más de 700 canciones que me acompañan a diario y voy cantando a grito pelado en
medio de la calle sin importarme quién me mire.
Con Glee, he reído. He llorado.
He odiado a la calva por hacer que Klaine y Finchel rompiesen en el mismo
capítulo. Lo he amado por grandes cosas que ha hecho…
Es difícil entender como unas
personas a las que no conoces de nada, pueden llegar a cambiarte la vida. Pero
así ha sido.
Lea, Chris, Darren, Cory, Dianna,
Naya, Heather, Melissa, Jenna, Kevin, Matthew, Jonathan… todos los que han
pasado por Glee me han enseñado algo. Daría casi lo que fuese por compartir
unos minutos con cualquiera de ellos.
Lea me ha dado su preciosa voz.
Una voz que no cualquier persona puede tener. Una voz que consigue ponerme la
voz de gallina en cualquiera de los géneros que toca. Suelo decir que Lea es la
mano de Midas de Glee. Todo lo que toca lo convierte en oro. Cuando hace pop,
baladas, canciones de Broadway… No importa.
Cory. Mi pequeño gran ángel. Cada
día que pasa me acuerdo de él. Y cada vez que una de sus canciones aparece en
mi reproductor miro al cielo mientras la canto. El héroe de mi vida.
Chris. Es igual que yo. Si hasta
nuestro nombre es igual. Y su libro es uno de mis preferidos de todos los
tiempos. Es de esos típicos libros que te tienen riendo desde que empiezas
hasta que acabas, a pesar de que el final es trágico.
Podría hacer una lista así para
todos pero nunca acabaría. A todos tengo que agradecerles haber aparecido en mi
vida.
Al que sí que tengo que dar las
gracias de verdad es a Ryan Murphy por crear este show tan grande. Y aunque al
final acabase careciendo de sentido y perdiendo por completo su esencia él lo
hizo posible y por ello le estoy eternamente agradecido.
Gracias a Glee conocí a dos grupos
de personitas que ahora completan mi día a día. Mis pequeños gleeks que me
hacen reír a diario con sus tonterías. Por otro lado mis Klainers y su drama
Klaine. Como les quiero, ¡joder!
Gracias a Glee he descubierto una
gran cantidad de canciones que no se me hubiese ocurrido escuchar. He conocido
musicales.
Para algunos han sido 6 años,
para mí solo 3. Pero los más especiales
de mi vida. Desde Pilot hasta Dreams Come True. Desde Mr
Cellophane y Don’t Stop Believin hasta
I lived.
Glee vivirá siempre en mi corazón
al igual que todos sus chicos y chicas.
La palabra más difícil de decir…
Es adiós pero en este caso:
This time
No One’s gonna say goodbye
I’ll keep you in this heart of mine
This time that we had
I will hold forever
Hasta siempre Glee.
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